Eficiencia se define como:
Donde:
- Los resultados son las salidas válidas del proceso.
- Los consumos son las entradas totales del proceso.
Consideramos estos tipos de eficiencia:
- Eficiencia total es cuando se analiza el total, resultados y consumos. Para ello se utiliza el ratio estándar OPCE.
- Eficiencia productiva es cuando sólo se analiza la componente de resultados. Para ello se utiliza el ratio estándar OEE.
- Eficiencia de consumos es cuando sólo se analiza la componente de consumos. Para ello se utiliza el ratio estándar OCE. Cuando sólo analizamos consumos energéticos, la eficiencia se conoce por eficiencia energética.
La eficiencia puede ser considerada por procesos, grupos de procesos o una organización entera. De hecho, los resultados económicos de una empresa, sus beneficios anuales, no son nada diferentes a la pura Eficiencia.
Si un proceso no tiene una eficiencia del 100%, decimos que tiene pérdidas.
Como puede ver, la mejora de la Eficiencia significa mejorar directamente los beneficios, porque estamos produciendo más y mejores resultados y estamos consumiendo menos recursos: dinero, tiempo, energía, materiales, etc.
Esto tiene enormes beneficios directos, como son generar:
- Mayores beneficios económicos.
- Menor impacto en el medio ambiente.
Pero hay también un efecto de ciclo virtuoso adicional interesante. En el análisis de la Eficiencia Energética, uno puede detectar pasos o procesos que generan un excesivo consumo, que un análisis más exhaustivo puede determinar que el proceso puede ser ajustado. Esto mejorará la eficiencia Productiva que a su vez implicará una mejora en la Eficiencia Energética.
Por lo tanto, aunque no sea una mejora directa de la Eficiencia, en general, está confirmado que las organizaciones más eficientes:
- Producen resultados en menor tiempo en el mercado.
- Producen mejores resultados con mayor calidad.
- Tienen menores consumos y por tanto son más rentables.